El paso del tiempo no perdona y la madera no es una excepción. El deterioro y, por supuesto, la carcoma son los principales problemas a los que deben hacer frente unas vigas de madera antigua. Sin embargo, no todos los hogares tienen la suerte de contar con estos elementos estructurales de gran valor estético. Por lo que bien merecerá la pena hacer un esfuerzo extra para mantenerlas en buen estado y protegidas del desgaste.
A la hora de trabajar con este material, sobre todo si lleva descuidado cierto tiempo, primero habrá que realizar un análisis sobre su estado general y las necesidades que deben cubrirse con mayor prioridad. Y, una vez hayan recibido el tratamiento y la protección que requieran, tan solo quedará mantenerlas con una serie de cuidados.
Las vigas antiguas de madera. Esencial: analisis y mantenimiento.
Las vigas antiguas de madera suelen ser el principal elemento decorativo en la estancia en la que se encuentran. Aportan singularidad y carácter de una forma única, pero tienen la desventaja de tener que ser cuidadas. Sus principales enemigos son las polillas y la carcoma, precisamente hay que asegurarse de que estos insectos no se encuentran presentes en ellas será el primer paso.
A menudo hay que hacer una restauración, más o menos trabajosa, de las vigas de madera antigua. Especialmente para las que han quedado olvidadas durante un largo tiempo, esas que se ha resecado, han perdido su color y hasta pueden tener algún habitante indeseado en su interior. Si presentan una plaga de insectos, será fundamental acabar con ellos en primer lugar, para lo que se empleará un producto específico. Mi consejo, no descartar ni escatimar el asesoramiento de un experto restaurador, un analisis para detectar si hay un ataque de xilofagos en curso, puede evitar sorpresas desagradables y costosas en el tiempo.
Lo siguiente consistirá en limpiar la madera. Es decir, eliminar posibles restos de pintura, suciedad y todos aquellos trocitos que se encuentren muy estropeados. Igualmente será necesario rellenar grietas y agujeros con una masilla específica. Todo este proceso es lo más laborioso durante el tratamiento de las vigas de madera antigua. Tras superar esta fase tan solo quedará añadir un protector y fijador, al igual que la pintura, aunque esta es opcional, antes de dar paso al barniz. También evaluando la necesidad si dar una impregnación de consolidante quimico.
Cuando las viga de madera ya está lista para comenzar una nueva vida después de una puesta a punto en profundidad, llega el turno de aplicar el acabado final. Este producto creará una capa protectora fundamental para que la madera no quede expuesta. También servirá para facilitar su mantenimiento.
Para elegir el acabado apropiado conviene tener en cuenta que este incorpore un tratamiento fungicida, que sea repelente al agua, proteja frente a la acción del sol y que permita a la madera respirar.